Para (de)construir barcos de papel  

Barcos de papel (restos de un naufragio) fue la obra presentada la tarde de este lunes por el grupo Punto de Giro Plataforma Escénica en el recién renovado escenario del teatro del Centro Cultural y de Animación Misionera San Antonio María Claret (CCAM), con motivo de la celebración por el Día Mundial de la Poesía (21 de marzo).

Con texto y puesta en escena de su director, Luis Antonio de Moya Ceiro, y actuación del actor/bailarin Fernando Fernández Báez, Barcos de papel… se muestra como una experimental puesta en escena en la que poesía, danza y (según su concepción) audiovisuales, buscan dialogar con los espectadores sobre la soledad, desde la multisensorialidad de perspectivas.

Presentación de la obra Barcos de papel (restos de un naufragio)

En este sentido, la actuación de Punto de Giro… significó para el público habitual a los espacios del CCAM un ruptura con lo cotidiano, con lo prejuzgado, con los paradigmas si se quiere.

Desde su propia presentación un lunes en la tarde (horario no común para las convocatorias del Centro Cultural); desde la colocación de las sillas en los propios límites del escenario, a unos pocos metros del actor, junto al declamador/director/actor; hasta la propia puesta en escena y la posterior deconstrucción de lo visto en un diálogo sincero, abierto, sumamente interesante con los realizadores, Barcos de papel… pudiera marcar un parteaguas para muchos de los que asistieron al patio de la casa parroquial.

¿Cuántas veces se tiene la posibilidad de confrontar a un creador y preguntarle qué quizo decir, por qué lo hizo de ese modo? ¿Cuántas veces se tiene la posibilidad de formar parte del propio proceso creativo de una obra que, según reconocen sus propios creadores, es un proceso en constante construcción?

El público tuvo la oportunidad de deconstruir la obra en intercambio con los creadores

La actuación de Punto de Giro Plataforma Escénica fue una apuesta arriesgada, pero que tal vez dio en el blanco. Los gustos no son una construcción estática, sino que se forman en la cotidianidad al enfrentarnos a nuevas propuestas, y el CCAM también apuesta por ello: por traer a la comunidad todo lo que artísticamente tenga algo para aportar a la formación cultural de sus parroquianos.

Abrir las puertas del Centro a los jóvenes que usualmente ofrecen una mirada transgresora desde el arte y ofrecer el espacio para el diálogo intergeneracional entre esos jóvenes y un público diverso en su formación profesional, personal, cultural, estética, ha sido parte del camino del CCAM desde la literatura, el cine, las artes plásticas y ahora también el teatro.

Queda agradecer a Luis A. de Moya y Fernando Férnadez por la propuesta, por la honestidad de su obra, por confiar en el Centro Cultural; y agradecer sobre todo al público de nuestra comunidad que, durante unos minutos de abril, también se convirtieron en cocreadores de una obra en construcción.

La obra concluyó con un intercambio sincero y fluido entre espectadores y creadores

Momentos de la puesta en escena