Inauguran expo “Reparador de corazones”, de Raúl Gil
“No es una exposición más”; así definió Mirtha Clavería la muestra Reparador de corazones, exposición personal del artista Raúl Ezequiel Gil González, que se inauguró en la tarde de este 12 de julio, en la Galería 1 del Centro Cultural y de Animación Misionera San Antonio María Claret (CCAM). Y es que entre las múltiples singularidades que definen la muestra, es la primera que se realiza en el Centro Claret como resultado de un Premio Colateral otorgado por la institución, en este caso, durante el Salón del Caribe del año anterior.

Raúl Gil y Luisa María Ramírez (artista y curadora) durante la inauguración de la Expo Reparador de Corazones
Lo otro que distingue a la muestra, es su autor. Al momento de reconocerlo en el salón de artes plásticas que acompañada cada año la Fiesta del Fuego, distante estaba el jurado conformado al efecto (Belkis Guerrero, Mirtha Clavería y el p. Juventino Rodríguez), que el joven artista premiado estaba ligado a la historia del Centro, específicamente su revista Viña Joven.
En efecto, Raúl Gil trabajó varias ilustraciones de los primeros números de Viña Joven, antes de que los caminos, por esos azares de la vida, se separaran, solo para reencontrarse tiempo después en este proyecto común, Reparador de corazones.
La exposición personal, con curaduría y diseño del propio Raúl Gil y Luisa María Ramírez, contó además con la colaboración de Marlon Aguilera y Orlando Barrechis, y se realizó además bajo el auspicio del Consejo Provincial de las Artes Plásticas de la provincia.
Durante la inauguración, el p. Cassamajor Michelet, CMF, director del Centro Cultural, agradeció a todos los presentes y dio la bienvenida. Mirtha Clavería recordó brevemente el camino de Raúl en su relación con la revista, y Luisa María Ramírez dio lectura a las palabras del catálogo.
Con esta exposición, el Centro Cultural reafirma su apoyo a la creación artística de los más jóvenes exponentes de las artes en Santiago de Cuba.
PALABRAS DEL CATÁLOGO
Una personalidad noble define a Raúl Ezequiel Gil González. Desde que le conozco su ingenio peregrina entre las bellas artes con la gracia humana de hacer el bien, unido a la aspiración ilustrativa en soportes como los libros, que acaparan durante un buen tiempo parte de su historia y diría que formación.
Este joven ha sabido hacer valer cada minuto en los que ha tenido que analizar y conocer los textos ilustrados. No excluir en esta coordenada los carteles realizados en función del carnaval sanluisero, donde aún conviven sus familiares, distinguiéndose la figura paterna, Raúl Gil García, artista del municipio San Luis, quien ha incidido de manera estimable en el aprendizaje de su hijo.
El Salón Internacional del Caribe favoreció que Raúl fuera premiado de manera colateral, hecho que se traduce en esta exposición personal en la que proyecta el pensamiento de la creación y la palabra del Hombre, de manera especial Dios, es la mirada transformada que le permiten conceptualizar una tesis polémica y espiritual a la vez, como la Palabra del Todopoderoso hecha realidad en las acciones humanas del día a día, revelándose entonces como una ideología significativa en la sociedad cubana contemporánea. A partir de estas concepciones estéticas y semióticas que se propone este artista, nos aprobará adentrarnos en el universo temático, conjugándose de manera orgánica y disímil acontecimientos, contextos espirituales y sociales hilvanándose mensajes de paz y amor a través de la creación artística, se advierte así, en constante innovación, esta representatividad ante la colectividad.
Desde la visual artística, diversos han sido los presupuestos emprendidos por Raúl, así como los soportes; para la ocasión alude a los desechos tecnológicos, diríamos placas de computadora, circuitos electrónicos y otros componentes; los propios circuitos crean un diseño tanto intencional y a la vez espontáneo, en los que se advierte la agudeza para razonar estas estructuras que nacen de la fe y el amor, en espléndida comunión. Subrayar la conexión entre el arte y la tecnología, mostrando cómo ambos pueden coexistir y transmitir mensajes juiciosos.
El arte de apelar al cautín para precisar piezas que aspiran a enamorar, tocar el corazón del espectador, cuadros en los que el público tenga la necesidad de tocar una soldadura pintada, o un pequeño transistor; también hay elementos que llaman la atención, pues están en su mayoría ocupando el primero o segundo plano de la obra. Cada una de estas composiciones se cimienta en los versículos bíblicos, convidad a resetear e instalar nuevos sistemas operativos en los corazones humanos, desafiar las actitudes negativas, promover la paz, reducir la violencia en nuestro país y el mundo. Es el boleto a reflexionar sobre la transformación personal y social, de su presente y futuro.
Un voto, entonces, de reconocimiento a este joven que con perseverancia acomodoa sus imágenes, siendo portador de una sensible filosofía.
Luisa María Ramírez











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