Expo colectiva de jóvenes artistas en el Centro Claret
Obras de quince jóvenes artistas santiagueros, la mayoría estudiantes de la Academia de Artes Plásticas José Joaquín Tejada, conformaron la exposición colectiva que dio cierre a la primera edición de la Escuela Taller de Arte Religioso para jóvenes artistas que tuvo lugar en el Centro Cultural y de Animación Misionera San Antonio María Claret durante el mes de agosto pasado.
La sencilla ceremonia de inauguración contó con las palabras de bienvenida del P. Juventino Rodríguez Pérez, cmf, quien, junto al Hno. Manolo Pliego Iglesias, cmf, fueron los principales impulsores del proyecto que se consolidó en forma de escuela taller.
La Dra.C. Ligia Lavielle hizo lectura de las palabras al catálogo, en la que destacó la diversidad de acercamientos a la fe, en la obra de jóvenes que por primera vez incursionan en el arte religioso, como parte de la formación teórico práctica que se les impartió durante el mes de agosto. Destacó, además, la pluralidad de técnicas y discursos, en los que, sin embargo, hubo coincidencia en el uso de determinados elementos iconográficos, como el “corazón”.
Vivian Mendo, miembro del colectivo del CCAM, dedicó a los presentes un tema musical y con ello, se abrieron las puertas de la galería del Centro para disfrutar de la singular y esperanzadora propuesta artística.
El público asistente, entre el que estaban familiares y amigos de los jóvenes, pudo disfrutar además de la obra de los profesores del taller Luis Antonio Rivero Ramos y Reinaldo Pagán, ambos asiduos participantes a los Salones de Arte Religioso (SAR) que cada año convoca el CCAM; y de las piezas de tres de los participantes en el taller que, por su calidad, quedaron admitidas automáticamente a la edición XXIII del SAR.
De este modo, el CCAM sigue apostando por los más jóvenes para continuar con la tradición del arte religioso en Cuba, en un contexto retador para los creadores. Se suma, de este modo el taller, a la creación de un premio especial para jóvenes artistas en el Salón Nacional de Arte Religioso.
PALABRAS AL CATÁLOGO
Promesas en las artes visuales de esperanza y fe
“No basta saber las cosas, es necesario practicarlas”, así educaba San Juan Bosco a sus jóvenes en el Turín decimonónico. Hoy su pensamiento reaparece en la exposición resultante de la 1ra Escuela-Taller de Arte Religioso que promueve el Centro Cultural de Animación Misionera San Antonio María Claret; espacio propicio para que ellos, jóvenes aún en proceso de instrucción artística, vuelquen aprendizaje y fe con autonomía y creatividad.
Asistimos aquí a una muestra variopinta en recursos técnicos y discursivos que toma prestados temas y formas tradicionales de la representación cristiana; para reinterpretarles a la luz de nuevos tiempos. De tal guisa, observaremos como el óleo sobre lienzo reposa al lado del grafito y la instalación se acomoda al lado del collage. Se trata de un maremágnum de ideas que hace fluir la fe en expresiones plásticas ya bien puramente expositivas del dogma, como experiencia introspectiva develada o como cuestionamiento antropológico que lanza preguntas al Misterio acerca de la misma naturaleza humana.
Inmersas en tal diversidad, hallamos obras que destacan por su sentido misionero para comportar uno de los propósitos prístinos de las manifestaciones del arte cristiano; educar la fe mediante la semiosis del objeto representado. En ese sentido, alcanzan notoriedad temas como el Sagrado Corazón y el rol del Salvador. Otros prefieren la recreación iconográfica religiosa con un ocasional sabor a las problemáticas del hoy, de ayer y de todos los tiempos. En estos se observa un pensamiento que galopa entre la doctrina y el hervidero de ideas, sucesos y desafíos de un tecnocrático siglo XXI.
Por otro lado, encontramos piezas con un sentido escatológico que, aun escarbando en lo profundo de una supuesta ontología universal, se enlazan a un pensamiento teológico común, bíblico y catecumenal. Quizá el pináculo identitario de la muestra la encontremos en aquellas que apuntan a la historia y el presente de nuestro país. Estos artistas no sienten temor a mostrar una Cuba de sufrimientos y personajes míticos, abierta a la esperanza de la fe, una Cuba que parece abrir sus manos y mostrar sus heridas; a nosotros y a su Salvador; tal cual manifestara Él a Santo Tomás como emblema glorioso de su Ser dolido y resucitado. ¿Acaso es este el mensaje final de la muestra? Pigmentos que susurran la esperanza en la expresión plástica de los nacientes artistas.
Ligia Lavielle Pullés
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