Antonio Seoane en «El patio de los sueños»

El azar sabe jugar sus cartas. Un año atrás, la edición de diciembre de El patio de los sueños tuvo que suspenderse por repentinos problemas de salud del invitado quien, afortunadamente, supo rebasar y continuar su diaria labor en defensa de la cultura cubana. Finalmente, este miércoles 18 de diciembre, el patio del Centro Cultural y de Animación Misionera San Antonio María Claret pudo acoger, nuevamente, a Antonio Fernández Seoane, en calidad de protagonista del habitual espacio cultural. Y el marco no pudo ser mejor: la celebración de la XX edición del Salón de Arte Religioso.

Pocas personas pueden resumir y valorar en su justa medida los que han significado estos veinte salones. Y una de ellas es, sin lugar a dudas, «Tony» Fernández. No solo desde su labor como crítico del arte e investigador, además de Vicepresidente Primero y Presidente de la Sección de Teoría y Crítica de la Asociación Nacional de Artes Plásticas de la Uneac, sino como parte indisoluble de esta historia, desde aquellos ya lejanos años en que llegara por primera vez, de la mano y gestión de Janet Ortíz, a estos predios del Centro Cultural. No es de extrañar entonces que la primera mención de la tarde fuera, precisamente, para la siempre presente Janet.

Tampoco es de extrañar que el Salón de Arte Religioso, y el arte contemporáneo cubano en general, centraran buena parte del diálogo entre el anfitrión «del Patio», José Orpí, y su invitado. En ambos temas, no hay que tentar demasiado a Seoane para que emita sus criterios, que llegan pronto, concisos, agudos, honestos, profundos, cargados de argumentos y experiencia.

Habla Tony de los méritos y sinsabores de las artes visuales en nuestro país. De la aparente desidia que ronda a buena parte de los artistas plásticos, reflejada en la poca participación en Salones y eventos similares a lo largo de todo el archipiélago. Habla de las carencias materiales que les aquejan, y habla de los estímulos, preocupaciones y temas que caracterizan y, a la vez, singularizan al artista cubano de hoy.

Inquirido por Orpí, no duda en «expulsar» del panorama cultural cubano actual a la «mediocridad, lo que no tiene voz propia, el plagio; todo aquello que no sea una conducta profesional, transparente y honesta». Asimismo, visiblemente emocionado, confiesa que sueña con que Cuba «sea un país mejor para todos».

Las actuaciones musicales del dúo Iglesias, Giselle Lage, el trovador Carlos Javier Álvarez y miembros del proyecto G’Mas coordinado por Fito Iglesias; así como las narraciones orales de Georgina Soler y Lorenzo Jardines; redondearon una emotiva tarde noche de El patio de los sueños, con el que se dio inicio a una jornada que tendrá su clímax en la inauguración y premiación del XX Salón de Arte Religioso, en la noche de este jueves 19 de diciembre.

Tony Fernández Seoane en «El patio de los sueños». Foto: Joaquín Sellén