El valle de los huesos secos
Tercer Salón- año 2002
TEMA: EL PROFETISMO
EL VALLE DE LOS HUESOS SECOS
El Señor puso su mano sobre mí, y me hizo salir lleno de su poder, y me colocó en un valle que estaba lleno de huesos. el Señor me hizo recorrerlo en todas direcciones; los huesos cubrían el valle, eran muchísimos y estaban completamente secos. Entonces me dijo: “¿Crees tú que estos huesos pueden volver a tener vida?” Yo le respondí: “Señor, solo tú lo sabes”. (…) Entonces el Señor me dijo: “El pueblo de Israel es como estos huesos. Andan diciendo: ‘Nuestros huesos están secos; no tenemos ninguna esperanza, estamos perdidos.’ Pues bien, háblales en mi nombre, y diles: ‘Esto dice el Señor: Pueblo mío, voy a abrir las tumbas de ustedes; voy a sacarlos de ellas y a hacerlos volver a la tierra de Israel. Y cuando yo abra sus tumbas y los saque de ellas, reconocerán ustedes, pueblo mío, que yo soy el Señor. Yo pondré en ustedes mi aliento de vida, y ustedes revivirán; y los instalaré en su propia tierra. Entonces sabrán que yo, el Señor, lo he dicho y lo he hecho. Yo, el Señor, lo afirmo.”
Ezequiel 37, 1-3. 11-14
El pueblo de Israel estaba renegando de su cultura y su origen por otras culturas, y Dios revela a Ezequiel la visión de los huesos secos como símbolo de que ese pueblo estaba muerto por dentro; y luego Dios le anuncia a Ezequiel que llenará esos huesos de espíritu y de carne, lo que se traduce en la restauración de Israel, o sea, anuncia la reivindicación de su fe.
Dios aparece representado como la fuerza de la naturaleza, cargada de símbolos y de vida. Ezequiel se representa como la sabiduría, la visión y la paciencia, observando en su propio sueño la restauración del pueblo de Israel.