Mirna Figueredo, una mujer sin miedo al tiempo

 

Siempre elegante, sonriente, sensible, espiritual. Mirna Figueredo es capaz de transformar todo a su alrededor con su sola presencia. Pero es más que una mera cuestión física, es que Mirna contagia por su laboriosidad, porque respira vida.

Asegura que ya no le tiene miedo al tiempo, porque nunca le va a sobrar. Dice que a veces piensa que es como si viviera varias vidas y «quisiera hacer todo lo que mi corazón desea».

De esas “sus tantas vidas” compartió un poco durante la más reciente edición de El patio de los sueños, espacio cultural que promueve el Centro Cultural y de Animación Misionera San Antonio María Claret, de la parroquia de la Santísima Trinidad.

Se habló, por supuesto, de la literatura, de su obra como narradora, poeta y, sobre todo, de sus libros para niños y niñas. Y se habló de cómo la literatura la llevó al origami, en esa búsqueda constante por promover el hábito de la lectura.

Precisamente, de esa búsqueda y de su pasión por la música, surgió la idea de musicalizar algunos textos poéticos; camino que, entre otros frutos, le mereció dos premios en el más reciente festival de la canción infantil Cantándole al Sol, en su edición santiaguera: el de composición (por la obra «Vamos a la vida») y el de interpretación, por la obra «Universo de papel», defendida por la niña Dailén Iglesia Lorenzo, quien la regaló a los presentes en esta tarde de septiembre.

Se habló también de su labor como Maestra Ishaya, algo que, afirma, le apasiona; sobre todo, el poder compartir sus conocimientos y su mirada del mundo, con otras personas. ¿Y qué mundo sueña Mirna? Pues responde a José Orpí, anfitrión del espacio, que un mundo solidario, sin egoísmo, donde no haya más moneda de cambio que el amor.

Mucho tiene Mirna para ofrecer a los demás. Y eso hace cada día, ya desde sus peñas de origami, ya desde los talleres de meditación y espiritualidad, o desde las páginas de sus libros. Con su porte elegante, con su sonrisa, su sensibilidad, con ese “aura” que la rodea, anda Mirna en esta ciudad de luz que es Santiago de Cuba.

Vista del público de El patio de los sueños