P. Jorge Catasús: un buscador de la Luz
Entrevista concedida por el P. Jorge Catasús Fernández, durante el espacio cultural El patio de los sueños

P. Jorge Catasús, el primer invitado del espacio «El patio de los sueños»
José Orpí Galí (JOG): Se echa de menos la presencia de la revista Claras luces, que usted dirigiera con tanto tino. ¿Pudiera hacernos un comentario en torno a esta importante publicación?
P. Catasús: Eso fue un sueño fallido (Risas). Sí, porque yo me ilusioné con la revista y ciertamente no sabía en lo que me iba a meter; yo, que veía al Hno Luis haciendo lo imposible para que saliera Iglesia en marcha, yo debí haber aprendido esa lección para no meterme en lo que me metí. Fue una ilusión para que fuera una revista de corte cultural, quizás parecida a lo que intenta hacer Viña Joven desde aquí. Pero la falta de un equipo, de no haber creado un equipo verdadero, aunque contacté con personas y colaboradores, pero no se forjó bien. Eso unido a la escasez de papel, la impresión, y otras cosas, llegó el momento que ya no se pudo. Inicialmente fue trimestral, luego cuatrimestral y ya, se acabó.
JOG: ¿Cuáles son las esencias y la proyección general de la Pastoral para la Cultura que usted dirige?
P. Catasús: Lo que tratamos de hacer, en primer lugar, propiciar desde la Iglesia todo lo que sea constructivo y edificante para nuestro pueblo; todo lo que construye culturalmente al ser humano; todo lo que disipa tinieblas culturales y trata de iluminar, desde todos los campos de las artes, la literatura y de todo lo que pueda, en definitiva, generar belleza.
Trata de promover también un diálogo entre la Iglesia, la comunidad cristiana, con el mundo de la cultura, de los artistas, los intelectuales, los escritores; un diálogo que pueda ser profundo, que pueda establecer esfuerzos comunes. Y trata también de favorecer ese diálogo entre fe y cultura, tan necesario para la Iglesia, pero también para el pueblo que queremos servir.
Y desde la Iglesia también poder entregar a nuestro pueblo cultura a través de eventos, a través de conciertos, de galas, de todo lo que sea realmente constructivo e iluminador, y contribuya al crecimiento espiritual, no solo en el ámbito santiaguero.
JOG: ¿Qué consideraciones tiene Catasús en relación con la función de la música en pro del universo espiritual y el crecimiento del ser humano?
P. Catasús: Decía Martí, después de escuchar dos conciertos de Brindis de Salas, en México, en dos crónicas para el diario la Nación, que “la música es la más bella forma de lo bello”; y que “la música es el hombre escapado de sí mismo”. Lo que no se puede lograr con otras artes (me perdonan todos los artistas que estén aquí que no sean músicos) se logra expresar, hacer sentir y experimentar con la música. Creo que es (y eso es evidente) el arte que está más a flor de piel, el que nos llega, el que podemos hacer nosotros (cualquiera puede cantar, aunque sean un poco desafinadas) y eso está ahí; estamos permeados todos de música. Creo que es la expresión más sublime dentro de las artes. También tiene la función de hermanar a los hombres; esa es una de las funciones de la música.
Las cosas importantes de la vida no se dejan coger por las palabras; por eso la expresión de Martí es reveladora. El hombre con la experiencia de la música trasciende, se eleva espiritualmente; llega a experimentar cosas que quizás con otras manifestaciones de las artes no se logra.
JOG: Qué proyectos o sueños, tiene Catasús a mediano o largo plazo
P. Catasús: A nivel personal, tratar de ser cada día más consecuente con lo que soy, como ser humano, como cristiano y como sacerdote. Tratar de ser más coherente, más auténtico con lo que digo ser. Y tratar desde el Ministerio sacerdotal que marca mi vida, lo más profundamente posible, poder crear ese Ministerio del amor, del servicio, de la caridad en el sentido más amplio; a través de la predicación, de la palabra de Dios, y a través del servicio a los demás, a mi pueblo.
A largo plazo, también contribuir dentro de mis posibilidades a construir redes de fraternidad, de entrega, de hermandad, en el entorno donde vivo, de mi comunidad, pero también en el servicio de la Pastoral para la Cultura.
JOG: Hay un proverbio anónimo que reza: “La coincidencia es la manera divina de hacer milagro que escoge”. ¿Cree en la suerte y en su capacidad para decidir el destino?
P. Catasús: Una pregunta complicada (Risas). Los acontecimientos llegan a las personas, se hacen realidad en las personas, y uno trata de encajarlos para su bien y para su proyecto de vida.
Puede que a algunas personas se les puedan presentar situaciones, acontecimientos, coyunturas, que puedan ser favorecedoras de la realización de sus proyectos, de sus ilusiones, sus sueños. A otras no les ocurre así. A eso llamamos suerte: suerte para unos mejores y otros peores.
Pero creo que, a partir de los dones que tiene y los que va recibiendo de la vida, el ser humano tiene que tratar de hacer confluir cosas para su crecimiento humano, material y espiritual: la suerte también la vamos haciendo, con nuestro empeño, con nuestro talento, con lo que tenemos.
JOG: ¿Cómo se define a sí mismo Jorge Catasús?
P. Catasús: Como un ser humano buscador de la Luz. Un buscador de, para mí, tres elementos esenciales en todo tiempo, toda cultura: la Verdad, el Bien (la Bondad) y la Belleza.
El P. Jorge Catasús Fernández nació en Santiago de Cuba el 25 de noviembre de 1949. Cursó estudios en el Colegio La Salle de esta ciudad, hasta su intervención en el año 1961. Ingresó a la Universidad de Oriente, donde se licenció en Química en el curso 1975-76. Cursó estudios eclesiásticos en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio de la Arquidiócesis de La Habana. El 8 de julio de 1985 fue ordenado sacerdote por Mons. Pedro Meurice Estiú en la Catedral de Santiago de Cuba, Primada de Cuba. Ha sido párroco de San Salvador de Bayamo, Guantánamo y Santa Lucía. Su celo pastoral y cuidado le han ganado el respeto de católicos y no católicos.