Los sueños de un Premio Casa

Ni un amanecer lluvioso, ni la permanencia del gris sobre la ciudad, ni la fina llovizna bajo la que se empeñó en transcurrir el día, pudieron contra los sueños, esos que cada segundo martes de mes nos convidan a compartir el Centro Cultural y de Animación Misionera San Antonio María Claret y el poeta y narrador José Orpí en El Patio de los Sueños; patio que bajo esas circunstancias meteorológicas se torna en salón, cueva, imaginaria estancia junto al fuego (o bajo el aire acondicionado), cofradía para compartir anhelos.

Reynaldo García Blanco (izq) y José Orpí

Y este martes 16 de mayo, el improvisado “patio” en que se transformó una de las salas del Centro Cultural se vanaglorió de tener como invitado al Premio Casa de las Américas de Poesía 2017, Reynaldo García Blanco.

Rey, para sus amigos, nació en Venegas, Sancti Spíritus en 1962, pero desde hace casi treinta años vive en Santiago de Cuba, ciudad en la que ha desarrollado su mayor obra poética y labor como promotor cultural. Ha sido también en esta ciudad donde ha cumplido muchos de sus sueños, esos que nunca se agotan para él, porque sería como dejar de existir.

Mirtha Clavería, directora de la Revista Viña Joven, recordó la vinculación de Reynaldo con el Centro Cultural, desde los primeros pasos del Concurso Literario Viña Joven, primero como Jurado de uno de sus premios de Poesía, y luego como ganador de la edición dedicada al aniversario 500 de Santiago de Cuba, ocasión en la cual García Blanco presentó un extraordinario tríptico dedicado a esos momentos fundacionales de la otrora villa.

La tarde de El Patio de los Sueños estuvo amenizada, además, por la música del Dúo Imagen (guitarra y violín); las anécdotas leídas por el anfitrión, José Orpí; una rifa que culminó con un espontáneo coro de canciones del repertorio musical cubano; y ese singular y emotivo momento en el que algunos de los asistentes al espacio, deciden compartir sus sueños con todos los presentes. En esta ocasión, Carmen López, integrante del colectivo del Centro Cultural, compartió ese sueño que durante años tuvo de regresar, tras su educación católica, a poner sus pies nuevamente dentro de la iglesia.

Así transcurrió una tarde en la que la lluvia quiso ser protagonista, pero no pudo. Y es que cuando los sueños convocan, siempre habrá que acudir.

El dúo Imagen amenizó la tarde

Vista del Patio de los Sueños