Fiel a su esencia y a su cometido

Palabras de presentación del número 75-76 de la revista Viña Joven

En mayo de 2019 tuve el privilegio de presentar el número 65 de Viña Joven, que se ha convertido —sin que ese fuera su propósito evidentemente—, en —y que yo conozca—, la única revista de corte socio-cultural que no ha dejado de salir en soporte papel. Me parece que fue ayer.

Ni Del Caribe ni Caserón, santiagueras, o La Gaceta de Cuba en La Habana —que había aparecido con su rigurosa frecuencia acostumbrada—, han salido impresas en los últimos dos años. Lapso que, para una revista, respecto a sus lectores, es abismal amén de destructor.  

En diciembre de 2019 ya la crisis (incluida la del papel) se había iniciado, incluso antes de que la pandemia tomara la fuerza paralizadora que tomó; pero ni así Viña Joven dejó de aparecer, y tanto más, Viña Joven se arriesgó concientemente a convocar su Concurso Literario de Ensayo en pleno apogeo de la Covid-19, y con el tema de su desarrollo y las respectivas secuelas que todavía padecemos.

Desde mi punto de vista, y dada la sensibilidad del tema, lo digo con franqueza, no imaginé que la calidad de los trabajos que evalué como parte del tribunal que los juzgó y premió fuera tan valiosa. Entre aquellos veintitantos ensayos los hubo de factura superior, lo que nos hizo declararlos finalistas o mencionarlos, pues solo se podía premiar uno.

He querido decir con esto que gracias a la arriesgada convocatoria, donde se denota que la revista vislumbró un futuro que pudo haber sido (o no) siquiera medianamente recompensado, y gracias a la osadía de su consejo editorial, hemos podido leer provechosos ensayos acerca de un tema grave y de suma inmediatez.

León Estrada presentó la revista Viña Joven 75-76

León Estrada presentó la revista Viña Joven 75-76

Solo puedo declarar, de manera particular y entre admirado y agradecido, que me quito el sombrero ante Viña Joven. Gracias por ser visionarios y por confiar.

Se inicia el número doble con la sección Claretianismo, se trata de la tercera parte del trabajo del ya fallecido misionero Jesús Bermejo «Realidad socio-política, cultural y religiosa de Cuba en tiempos del padre Claret», cuyo título se explica por sí solo. Aunque sugiero buscar las anteriores entregas (Viña Joven, no. 73 de 2021 y 74 de 2022) para retomar el hilo conductor del trabajo.

La sección Sociedad contiene los dos ensayos que conquistaron mención en el Concurso Viña Joven. La valiosa propuesta de Noel Pérez es de una honestidad que puede llegar a desconcertar a ese hatajo —a mi entender abundante— de egoístas que no acaban de distinguir por cuál senda transitamos, ojalá, como él dice, seamos más solidarios, altruistas y tolerantes con el medio ambiente, y con nosotros mismos. Noel, gracias por el interés y la claridad, te felicito doble porque ahora somos cofrades en el gremio de la Uneac.  

Por su parte, el doctor Rafael Escalona, con su ensayo también mencionado en el Concurso, a la vez que reflexiona hace historia, bautiza a la generación que surge como «generación pandemials«. Me enteré entonces —y ahora— que mis padres fueron de las generaciones Grandiosa y Silenciosa, que pertenezco a los Babyboomers y que mi hija es de la generación Z. Es un trabajo bien escrito, que fluye en su propuesta y me satisface ver publicado. Sí, la vida seguirá mientras no perdamos la esperanza. Y como la esperanza es lo último que podemos perder, la vida seguirá. Porque la vida es bella y porque lo más importante es vivir.

Presentación de la revista Viña Joven

Presentación de la revista Viña Joven

Humberto Ocaña expone, desde su recuerdo, cómo era el Día de los Reyes en tiempos pasados. Debo decir, en honor a la verdad, que los míos (años 60 y 70 del siglo XX pasado) difieren levemente de los suyos en cuanto a la manera de obtener los juguetes en las tiendas. Pero eran bonitos aquellos 6 de enero en el que los Reyes Magos nos «ponían» los juguetes que antes les habíamos pedido en carta. Recuerdo haber visto alguna cabalgata, así como que ya crecido, cuando supe que los Reyes eran mis padres, pero sobre todo mis hermanas, creo que ahí terminó, si no mi infancia, por lo menos mi ingenuidad. Lamento decir que no existe interés en reanimar ese día, como tampoco interesa aquel espectáculo que tantas personas añoran y que fuera la elección de la Estrella del Carnaval. Los criterios para suprimir ambos hechos —según mi apreciación—, pesan demasiado todavía. Pero en esa materia todavía no está dicho todo.

La sección Cine contiene un pequeño Dossier dedicado a la II Semana de Arte Sacro realizada aquí en el Centro Claret, con proposiciones de filmes, así como dos trabajos: un saludo del Papa que se titula «El Papa Francisco y el cine», y un buen artículo: «Las películas que han marcado al Papa Francisco», las que no pretendo enumerar para que los lectores se sorprendan y queden atrapados como yo.

Lenguaje y Comunicación homenajea en esta oportunidad a dos eminentes lingüistas cubanos, nuestros inolvidables Eloína Miyares y Vitelio Ruiz. El trabajo se articula desde el punto de vista de la Antropología, pues ya sabemos que esta ciencia integra todas —o casi todas— las aristas de la naturaleza humana, en la que es también inevitable el estudio y la inclusión de la lengua y el habla.

Humberto Ocaña, uno de los autores publicados

Humberto Ocaña, uno de los autores publicados en la revista, intercambia

Recomiendo su lectura porque ambos maestros trazan las pautas para emprender una tarea profunda que abarque esa ciencia —y vincularla a la lingüística—, pues se evidencia que los estudios en relación con el sustrato de las palabras de origen africano y su etimología en el oriente cubano no han sido realizados. Cierra la sección una sentida poesía del doctor Leonel Ruiz Miyares, hijo de nuestros intelectuales y director del Centro de Lingüística Aplicada.

En la sección Tertulia Literaria se ofrece un bien logrado poema del reconocido José Orpí Galí, inspirado en la obra del artista de la plástica Reynaldo Pagán, premiado en el Salón de Arte Religioso. Del también conductor de la peña El patio de los sueños es una crónica que hace de la inmediatez, de la familia y de la actualidad, una narración de buena factura. La prosa de «Respirar» conmueve, y al hacerlo dibuja de modo fiel una problemática reciente.

Marcos Antonio Hernández Arévalo, con su texto en décimas «Salmones», incursiona en esa ya no tan «postmoderna» modalidad que ha desencajonado a la estrofa nacional de sus rigurosos diez versos. Pero funciona perfectamente, aún cuando los tradicionalistas no compartan la indisciplina de esa libertad. Como poesía aporta ideas de indudable pertinencia.

El investigador Pascual Díaz Fernández nos propone un ensayo revelador de dos costados —el irónico y el social— en la obra poética del imperecedero Luis Rogelio Nogueras, según mi opinión el más significativo poeta de la Generación de El Caimán Barbudo.

Wichy, como también era conocido, ha sido un poeta profusa y profundamente estudiado por investigadores de reconocido prestigio dada la calidad de su obra. Me satisface leer este artículo publicado en Viña Joven. Todas las cruzadas contra la indiferencia y el olvido nunca están de más.

Rosa Rodríguez, una de las autoras publicadas

Rosa Rodríguez, una de las autoras publicadas, intercambia con el público

El narrador y poeta Yunier Riquenes, con «Un vicio arrebatador», apuesta, como viene haciendo desde hace tiempo, por la lectura. En esta crónica corporiza ese noble y placentero «vicio» en una mujer que, según leemos, no cesa de hacerlo. Otra nueva e interesante propuesta de Yunier, quien se mueve en un amplio espectro temático, fácil de confirmar si es que somos lectores asiduos de la serie de escritos que ha tenido a bien publicar en la revista.

Cierra este número doble de Viña Joven una relación exhaustiva de los trabajos relacionados con José Martí que ha aparecido en la revista. ¿La autora? Rosa Rodríguez Miniet: Una martiana medular, amén de colaboradora permanente de Viña Joven, una mujer que me honra desde hace tiempo con su amistad, y reitero: amistad de las de verdad. Gracias, estimada Rosa.

Termino. Felicito al equipo de Viña Joven y a sus timoneles: a la profesora Mirtha Clavería, al padre Miguel Fernández, a Noel Pérez, y a todos sus colaboradores. También a la estimada amiga Belquis, siempre tan cercana a los que la hacen posible.

Ha seguido siendo fiel a su esencia y a su cometido esta revista convertida en «oasis», y entre el desconcierto de transformaciones de toda índole que nos han sacudido y azotan, se ha mantenido resistente y consagrada en ofrecer conocimientos, buenas y nuevas perspectivas espirituales a sus lectores.

Muchas gracias por invitarme a presentarla. Ya me saben un incondicional lector-defensor de Viña Joven, pero como nunca será suficiente el elogio verdadero y oportuno, y es posible que alguien no me haya escuchado proclamarlo con anterioridad, me reitero incondicional de Viña Joven, revista a la que siempre le deseo larga y fructífera vida editorial. Por el bien de Santiago de Cuba y por el bien de los seres humanos que somos sus lectores.

Deseo a los presentes, de todo corazón, mucha paz y prosperidad en el año 2023 que está a punto de llegar. Ojalá podamos sortear, con espíritu creativo, los imponderables que la vida nos tenga reservados.

Muchas gracias.

 

León Estrada

en Santiago de Cuba, esta ciudad,

10 y 14 diciembre de 2022

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