El camino de Janet

Era el año 2002. La sala de exposiciones de nuestro Centro Cultural se encontraba en el local que hoy ocupa la biblioteca. Allí estaban expuestas las 20 obras del III Salón de Arte Religioso, sobre el tema El profetismo. Por aquel entonces el alcance de la convocatoria se extendía hasta las provincias orientales y Camagüey.

Un día llegó Janet Ortiz, motivada por sus amigas Caridad Horruitiner (Ketty) e Isabel La O, vinculadas al centro cultural como colaboradoras. Janet quedó prendada del proyecto al instante. Fue un amor a primera vista, y quiso conocer al P. Carlomán, director del Centro y de la revista Viña Joven.

A partir de este encuentro entre dos soñadores que vislumbraban y perseguían el mismo horizonte, se fue gestando un fuerte vínculo de trabajo y cooperación. Janet se ofreció a colaborar para dar impulso al proyecto con total generosidad y desprendimiento, con un entusiasmo desbordado, con verdadera pasión por esta oportunidad de abrir puertas, para contribuir a brindar nuevas coyunturas al desarrollo de las artes plásticas en Santiago de Cuba.

Y por aquí comenzó su camino: se convirtió en el puente a través del cual nuestro centro extendió sus fronteras. El Centro Cultural viajó en ella y por ella, que se hizo mensajera y portadora de nuestros anhelos y propósitos. Gracias a ella el trabajo del centro en esta esfera de la cultura se extendió hasta llegar a tener un alcance nacional: fue jurado en numerosos salones, y curadora o gestora de todas las exposiciones personales y colectivas realizadas en la galería San Antonio María Claret.

Pero no solo en este aspecto de la promoción cultural Janet dejó una impronta de trabajo, entrega  y dedicación, poniendo al servicio de nuestro proyecto su dinamismo, inteligencia y sabiduría. La revista Viña Joven contiene no solo sus colaboraciones, sino de otros especialistas motivados por ella; y la sección de literatura para niños le debe la magia y la frescura de los cuentos de Yvette Vian Altarriba, su tía. Janet también fue gestora e impulsora de cursos de superación sobre curaduría, y de ciclos de conferencias sobre los audiovisuales en Cuba.

El camino de Janet fue enriquecedor para nuestro centro, es cierto, y para la ciudad desde lo que pudo aportar nuestro centro. Pero Santiago de Cuba, su ciudad querida y jamás olvidada, también puede hablar de otras huellas de su hacer por la cultura: realizó una destacada labor como directora del Fondo Cubano de Bienes Culturales y como fundadora y directora de la entonces Galería de Arte Universal. Porque para ella Santiago nunca dejó de ser La Ciudad.

En Santiago, en su familia, en sus numerosas amistades y en el Centro Cultural y de Animación Misionera san Antonio María Claret ha quedado un vacío. Todos hemos quedado huérfanos de su presencia, de su creativa profesionalidad, de su constancia, de su generosidad, de su afecto.

Solo nos queda dar gracias a Dios por la vida de Janet, esa vida que el Señor le regaló para que dejara tantos frutos.

Equipo Viña Joven

(Texto que saldrá publicado en el nro 57 de la revista Viña Joven, en homenaje a la curadora y amiga, Janet Ortíz Vian, fallecida este 2016)